
Apresado muere el espíritu libre,
vencido por la opacidad del velo
que con argucias oculta la realidad
del Ser y contamina la esencia de
su auténtico existir.
Bajo el inquisidor mandato y presa
como el ave, en una jaula forjada de
añorantes arcanos, el alma se vuelve
bruma, se abandona a la tristeza....
premonitorio anunciante del próximo
acontecer.
Y en el viaje imaginario que la libera
de mi, toma rumbo hacia el misterio,
traza un horizonte amplio, y danza
todas las noches, en enloquecido
intento por vivir...que no existir.
Su refugio es el sentir, su puerta la
fantasía y su odisea el silencio que la
conduce en presencia de su ahora
ausente esencia, entre los sonoros
mantras que anuncian el porvenir.
Samsara
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